Una de las situaciones que he observado en la consulta reiteradamente es que, en general, las mujeres prestamos muy poca atención a la salud de nuestra vagina. Sólo nos “ocupamos” de ella si nos está dando algún síntoma.
Hoy, por ello, os hablaré de los cuidados que deberíamos proporcionar a la vagina y vulva para mantener su óptimo estado de salud.
El flujo y la microbiota vaginal
El flujo vaginal es una secreción normal producida por las paredes de la vagina y el cuello del útero que proporciona humedad y evita la fricción. La cantidad de flujo y sus características pueden variar de una persona a otra, y también pueden ser diferentes según el estado de salud vaginal, con cambios en la consistencia, color y olor. En su producción, están implicados los estrógenos, de ahí que, durante la menopausia, cuando hay una caída de los niveles hormonales, disminuya la cantidad de flujo y aparezca cierta sequedad.
En la vagina viven también una serie de microorganismos (bacterias y hongos), llamados microbiota, que se encargan de mantener el ecosistema vaginal y nos defiende del crecimiento de patógenos que provocan infecciones. Las principales bacterias de esta microbiota se llaman lactobacilos. Si estos microorganismos, considerados “buenos”, se reducen en cantidad por cualquier motivo (cambios hormonales, uso de antibióticos, estrés, etc.), puede ocurrir un desequilibrio del ecosistema vaginal -llamado disbiosis-, que genera el crecimiento de los microorganismos “malos” de forma descontrolada en la vagina, dándonos síntomas de infección como prurito, ardor, secreción y mal olor.
Por tanto, la clave de mantener una buena salud vaginal va a ser mantener una microbiota vaginal balanceada.
Cuidados de la vulva y la vagina
Seguramente a diario utilices crema para el rostro, hidratante para el cuerpo, protector solar, … Pero, ¿tienes algún cuidado especial para tu vagina y tu vulva? A continuación me gustaría darte algunas recomendaciones para cuidar la vulva y la vagina, y mantener tu microbiota vaginal sana:
- La vulva (para entendernos, “lo de fuera”), se limpia separando los labios; puedes lavarla solo con agua, no necesita geles. En el caso de querer utilizarlos, por ejemplo cuando tienes la regla, o tienes pérdidas de orina o, simplemente, si quieres usarlos, te recomiendo que sean geles específicos para la higiene íntima, formulados para tal fin. Utilizar el jabón que utilizamos para el resto del cuerpo puede causar una alteración del pH vaginal y, por lo tanto, favorecer la disbiosis e infecciones vaginales. En todo caso, limita los lavados a uno al día.
- Olvídate de los productos para la vulva como desodorantes, jabones con perfume, toallitas,… son irritantes y pueden alterar tu microbiota vaginal.
- La vagina (“lo de dentro”), no precisa que la limpiemos porque se limpia por sí misma de forma natural; para que lo entiendas, es como los hornos pirolíticos. Olvida las duchas vaginales, que destruyen la microbiota vaginal. No es necesario cambiar el olor de tu vagina. La vagina tiene un olor peculiar, pero no es malo. En caso de que el olor sea intenso, acude a tu ginecólogo para revisarte y descartar alguna infección.
- Evita la ropa interior muy ajustada y de tejidos sintéticos, que son más irritantes. Utiliza ropa interior de algodón, que permite la transpiración, al absorber la humedad.
- Si el uso de compresas convencionales suele irritar tu vulva, prueba con las compresas de tela, la copa menstrual o las bragas menstruales.
- Evita el uso de salvaslips o compresas fuera de la menstruación.
- Sécate bien la vulva tras orinar o ducharte, no la dejes húmeda. Con un poco de papel o una toalla sin frotar.
- Igualmente, después de hacer ejercicio, cambia tu ropa para evitar mantener la humedad por mucho tiempo.
- Siempre limpia tu vulva de delante hacia atrás.
- Es recomendable orinar tras mantener relaciones sexuales, ayuda a eliminar bacterias que pueden haber quedado en la uretra durante la actividad sexual y reduce el riesgo de infecciones del tracto urinario.
- Hidrata tu vulva a diario, mejor tras la ducha. Hay hidratantes específicos para cada momento o circunstancia especial de la vida (sequedad, infecciones,…).
Como ves, no es difícil cuidar tu salud vaginal. Si notas que tu flujo ha cambiado en cuanto a coloración, olor o consistencia, o percibes otros cambios en tu vagina o vulva, no dudes en consultar con tu ginecólogo.
Un abrazo y gracias por tu tiempo.
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