El cáncer de cérvix o cuello uterino sigue siendo uno de los cánceres más frecuentes en la mujer. Sin embargo, sabemos que es un tipo de cáncer que es posible prevenir y tratar a tiempo, mediante las revisiones ginecológicas.
Este cáncer se produce, en la mayoría de los casos, por una infección persistente por el virus del papiloma humano (VPH) a nivel del cuello uterino. ElVPH es la infección de transmisión sexual más frecuente. Es un virus que puede infectar las mucosas de distintas zonas del organismo (genital, anal, oral), y existen más de 200 tipos distintos conocidos, que se subdividen en:
- VPH de bajo riesgo: causan lesiones benignas, como los condilomas o verrugas genitales. Los tipos 6 y 11 son los más frecuentes.
- VPH de alto riesgo: con potencial para causar cáncer; además del cáncer de cérvix, están relacionados con cáncer en otras localizaciones del organismo: cáncer de vagina, pene, vulva y orofaringe. Los tipos más importantes son el 16 y el 18.
¿Para qué sirve una citología?
Como sabéis, uno de los ítems de los que consta la revisión ginecológica anual es la toma de la citología. Se trata de coger una muestra del cuello uterino, raspando con un cepillo para desprender las células, que posteriormente y tras ser procesada, será estudiada al microscopio. Este estudio sirve para detectar si existe alguna alteración en las células del cérvix, así como la presencia de alguna infección. En el caso de encontrar una lesión causada por VPH, te recomendaremos realizar otras pruebas para confirmar la gravedad de la lesión y valorar el tipo de tratamiento a seguir.
En algunos casos, las lesiones causadas por el VPH son de carácter leve y únicamente precisan seguimiento en la consulta, ya que muchas de ellas desaparecen espontáneamente. Si la lesión es algo más avanzada, te recomendaremos un tratamiento más invasivo para su eliminación completa y evitar su progresión a cáncer: la destrucción de la lesión mediante láser, o una pequeña operación llamada conización cervical, en la que se extirpa la porción de cuello uterino que contiene la lesión.
Por otro lado, el cáncer de cuello uterino producido por el VPH es una enfermedad prevenible mediante la vacunación frente al VPH. Desde hace años está incluida en el calendario vacunal de las adolescentes mujeres de 12 años la vacuna frente al VPH y, recientemente, se ha incluido también la indicación de vacunación en adolescentes varones. Mediante la vacunación se está consiguiendo disminuir la incidencia de cáncer de cuello uterino y de las lesiones precancerosas.
¿Qué puedes hacer para prevenir el cáncer de cérvix y la infección por VPH?
- Vacúnate frente al VPH: La vacuna contra el VPH protege frente al cáncer de cérvix en un 70-90%. Son vacunas con años de experiencia, muy seguras, por lo que, si no estás vacunada, te animo a que lo hagas.
- Revisiones ginecológicas habituales: la vacuna del VPH previene frente a los tipos más frecuentes y agresivos del VPH, pero no evita el contagio con otros tipos de VPH; esto quiere decir que, aunque estés vacunada, no debes abandonar tus revisiones ginecológicas.
- Protégete en tus relaciones sexuales: como os he comentado, el VPH es la infección de transmisión sexual más frecuente, produciéndose el contagio por el contacto genital, por penetración vaginal o anal y por el sexo oral. Utiliza preservativo en tus relaciones para evitar el contagio. Tras el contagio por el VPH, éste puede estar inactivo durante tiempo prolongado, pudiendo detectarse por primera vez meses o años después de su contagio.
- No fumes: hay una relación clara y demostrada entre el tabaco y la persistencia de la infección por el VPH, dando por tanto mayor oportunidad al VPH de causar una lesión.
- Mantén una vida activa y una dieta variada: es clave mantener tu sistema inmune en condiciones óptimas para combatir la infección por el VPH. En muchos casos, nuestro propio organismo revertirá la infección por sí mismo, consiguiendo la desaparición de las lesiones.
Un abrazo y gracias por tu tiempo.
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